viernes, 26 de septiembre de 2014

En un momento inesperado las conocí, 
Después de tanto esperar a esas verdaderas amigas las encontré... 
Sin dudar en algún momento las auxilié, 
Queriendo su felicidad las alenté... 
Si en algún momento les fallé les pido perdón. 
Pero quiero que sepan que las quiero un montón. 
son mis amigas incondicionales y nada ni nadie lo cambiará... 
unas grandes amigas como la de ustedes difícil de encontrar y es buena suerte tenerlas... 
Sabes que conmigo pueden contar y nunca les voy a fallar... las quiero por lo que son... 
Unas amigas especiales


El valor de la amistad

El buen amigo no anula al otro sino que lo potencia, es su compañero y un facilitador de sus muchas posibilidades. Sufre cuando tu sufres y se alegra cuando tu te alegras. No es envidioso, ni prepotente ni se aprovecha de ti

La amistad se basa en la mutua confianza, donde el objetivo es ayudar al otro consecuentemente así mismo.

La amistad no se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios para lograrlo y mantenerlo.

La amistad se muestra en los momentos felices: el nacimiento de un hijo, la celebración de un ascenso laboral, la inauguración de una casa. En otras ocasiones la amistad se concretiza en una llamada telefónica para pedir un consejo o compartir un proyecto o intercambiar ideas políticas, religiosas o de la propia existencia, o simplemente por esa sensación que tenemos de que existe una persona, aunque sea a cientos de Km., a la que podemos recurrir solamente para hablar y saludarla.